jueves, 4 de junio de 1998

Siempre

Almas malignas que en palacios de oro, admiran de lo alto al pueblo en los campos, que con su labor incrementan las arcas del supremo opresor. Y en plata de júbilo desde la tierra al cielo, como gigante, con su sombra cubre los prados y villas; de piso en piso de mármol y esmeralda se cubren; y en la cúpula del edificio, en un aposento de seda y satín, la princesa del tiempo infinito y del universo sin fin, descansa en pacífica armonía sin apuro ni prisa, que su reinado, que cubre la tierra de amor y verdad; llegue por fin destruyendo con corceles negros, de fuego y tormenta, a tierra derrumbe palacios que con la marca dorada del emperador antiguo reinaron en algún tiempo que ya nadie recuerda.

Tu partida

Se han ido las lluvias y su frescura del ayer dejando el fragante sol que hace brillar tu clara piel en destellos dorados y carmesí, y el mismo sol que ha hecho transpirar tu piel, la ha dejado tan tersa y deseable a mi tacto que no puedo esperar el momento en que vuelva a verte, para tenerte en mis brazos y no dejarte ir.... Si tan solo supieras como mi vitalidad disminuye cuando te alejas y lo deshidratante que es la falta de tu amor, entenderías que es cuestión de supervivencia tenerte a mi lado a cada instante y si no volviera a verte pronto el tiempo marcaría mi caída y mi muerte....

El fin..... en los ojos Púrpura

No conozco a nadie ni nada, mi conocimiento está ciego.... Un pegaso negro sobrevoló la ciudad. El lobo, el tigre y el leon corrieron libres por las calles y no dejaron nada tras sus pasos... Los meteoros metálicos aplastaron las ilusiones del pueblo. Luego los hombres de fuego hicieron todo cenizas... la lluvia limpió las aceras... el sol salió tiunfante.... y las personas que sobrevivieron levantaron sus rostros y rieron... Lo ví en tus ojos que desde la furia, a la melancolía, por el llanto, a la calma se volvieron sonrisa en mis brazos.