miércoles, 4 de junio de 1997
Terror
Desata el terror de la noche, cubriendose en las penumbras, recrea el momento de muerte desgarrando los cuellos, succionando su sangre, el sexo lo arraza y su victima responde sintiendo las sombras como sensuales roces.. corriendo la sangre enjuaga sus rostros y en el profundo extasis violento y salvaje desaparecen ambos tras una estela de humo. Es una sombra que desaparece moviendose entre las paredes dejando sin rastro los corredores que a media luz iluminados describe sus contornos; vuela libre desapareciendo... no necesita ley, no necesita dioses, no necesita nada de la sociedad hipocrita, solo sus victimas y sus acompañantes, las damas de la noche. Ha dejado de ver con ojos humanos y su olfato percibe el miedo y la sangre, que inunda de deseos y de impulsos todo su ser.
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